Salvo las esponjas y otras pocas excepciones, todos los animales son simétricos. En la mayor parte de los casos, esta simetría es bilateral: los animales son iguales a un lado y a otro de un plano medio vertical y longitudinal. La razón de que en todos ellos la simetría tenga la misma orientación es que es la única que no está afectada por la relación del animal con su entorno. No puede haber simetría arriba-abajo, porque en esa dirección actúa la fuerza de la gravedad, que condiciona la vida de los animales. Los animales terrestres, por ejemplo, deben tener las extremidades en la parte inferior del cuerpo, y no en la superior, para sostener su peso. Incluso en los animales marinos, aunque el efecto de la gravedad sea menor, el eje vertical sigue siendo importante: la luz, por ejemplo, llega desde arriba. Tampoco hay simetría delante-detrás; se trata de la dirección de movimiento del animal; la boca y los órganos de los sentidos, por ejemplo, se encuentran en la parte delantera, que es la que primero llega al alimento. Así que sólo queda un eje, el transversal, en el que ninguna influencia externa o interna afecta a la anatomía de los animales; por eso, a derecha e izquierda, son simétricos. Es más fácil construir un cuerpo simétrico que uno asimétrico: Basta con tener las instrucciones para construir la mitad del cuerpo, y aplicarlas al revés en el otro lado.