Queridos amigos de El Neutrino:
Os habréis dado cuenta de que desde el verano no ha habido prácticamente entradas originales en el blog. Lo lamento, pero va a seguir siendo así, al menos durante algún tiempo. No me da la vida para más.
Entre el Zoo de fósiles, las efemérides de ciencia, la redacción de mi tercera novela y un par de proyectos a largo plazo (no necesariamente relacionados con la divulgación científica), se me está haciendo muy cuesta arriba encontrar tiempo (y ganas, todo hay que decirlo) para mantener este blog en condiciones. Y todo eso, claro, sin contar con algún nuevo proyecto que se vislumbra en lontananza, y con que tengo una familia, un trabajo... Necesito tomarme un descanso.
Es el problema de que te guste hacer tantas cosas diferentes. Se me podría calificar de hombre renacentista, con la salvedad de que los hombres que han pasado a la historia como "renacentistas" eran ricos, y por eso podían dedicarse a hacer lo que les daba la gana; un hombre renacentista pobre bastante tenía con trabajar en el campo de sol a sol, y eso si tenía la suerte de sobrevivir a las guerras, a la gripe, al sarampión, a la peste... Hoy en día disponemos de más tiempo libre aunque no seamos ricos, pero todo tiene un límite.
Así que he decidido dosificar mis esfuerzos y cerrar, no sé si temporalmente, este blog, que quien mucho abarca poco aprieta. Gracias a todos los lectores; vosotros sois los que dais sentido a todo esto. No me despido, porque sigo divulgando la ciencia aquí al lado, en Ciencia para escuchar, en twitter, en Facebook... ¡Nos vemos!