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(Contribución de El neutrino al VII Carnaval de Geología, organizado por Veritas est in puteo)
(Anteriormente en El neutrino, la primera parte de Los nombres de los asteroides; a continuación, el desenlace...)
Tras la entrada en vigor de las normas de la UAI, sólo un asteroide fue bautizado antes de que su órbita fuera determinada con precisión. Se trata de Hermes, descubierto en 1937 por el astrónomo alemán Karl Wilhelm Reinmuth y perdido tras sólo cuatro días de observación. No fue redescubierto hasta 2003, cuando se le asignó el número 69230. Otro caso especial es el de Plutón. Cuando en 2006 perdió su condición de planeta, se le asignó el primer número disponible, el 134340. Su designación oficial es ahora 134340 Plutón (o 134340 Pluto para los puristas).
Desde finales del siglo XX, con la puesta en funcionamiento de programas automatizados de búsqueda de asteroides a gran escala, como LINEAR y Spacewatch, el número de asteroides descubiertos crece a tal velocidad que es probable que muchos asteroides jamás reciban un nombre. El programa LINEAR (Lincoln Near-Earth Asteroid Research), por ejemplo, ha descubierto 231 082 objetos entre 1996 y 2011. A su lado, las hazañas de los astrónomos del siglo XIX, como Auguste Charlois, que con muchos menos medios descubrió 99 asteroides, se quedan pequeñas. Para aliviar de trabajo a los responsables de esos programas automatizados, la UAI ha limitado la facultad de poner nombre a un máximo de dos asteroides por descubridor cada dos meses.
Pasados diez años desde la asignación de número a un asteroide, si su descubridor no le ha dado un nombre, pueden hacerlo otros observadores que hayan contribuido a la determinación de su órbita, o los representantes del observatorio en el que se realizó el descubrimiento. Y el propio Comité para la Nomenclatura de los Cuerpos Menores de la UAI puede también poner nombres, cosa que hace regularmente cuando el número asignado es un múltiplo de mil. De hecho, el asteroide 5000 se llama precisamente IAU, las siglas de la UAI en inglés. Aunque no sé si el nombre lo puso la propia UAI, porque el 4999 se llama MPC por las Minor Planet Circulars y el Centro de Planetas Menores (Minor Planet Center), y el 5001 EMP por las Ephemerides of Minor Planets, recopilación anual publicada por el Instituto de Astronomía Aplicada de la Academia Rusa de Ciencias.
En algunos casos, sobre todo en los primeros tiempos, cuando el cálculo de las órbitas no era tan preciso como ahora, fue necesario cambiar o reasignar el nombre de algún asteroide, que resultó no existir o ser el mismo que otro descubierto con anterioridad. Como 330 Adalberta, descubierto por Max Wolf en 1892, que resultó ser una estrella (o varias); el nombre y el número se reutilizaron para otro asteroide descubierto en 1910 por el mismo astrónomo. O como 715 Transvaalia, descubierto por Harry Edwin Wood en 1911, y 933 Susi, descubierto por Reinmuth en 1920. En 1928 se demostró que se trataba del mismo asteroide, que se quedó con el primer nombre; 933 Susi se reutilizó para 1927 CH, también descubierto por Reinmuth.
Las reglas actuales de la UAI dan mucha libertad a los descubridores a la hora de bautizar un asteroide, pero hay ciertas limitaciones: El nombre debe ser pronunciable, y preferiblemente de una sola palabra (como el citado 34854 Paquifrutos), aunque hay excepciones, como 9007 James Bond. Desde 1982, la longitud de los nombres está limitada a dieciséis caracteres, contando espacios y guiones. Se permiten signos diacríticos, como tildes, diéresis, virgulillas… (como 1608 Muñoz y 4090 Říšehvězd, que homenajea a la revista checa de astronomía Říše hvězd, “el imperio de las estrellas”). No se admiten nombres de políticos y militares hasta cien años después de su muerte, y se desaconseja usar nombres de mascotas, como 482 Petrina y 483 Seppina, descubiertos en 1902 por el astrónomo alemán Max Wolf, que llevan el nombre de sus perros, Peter y Sepp. Están prohibidos los nombres publicitarios, y los nombres de personas o empresas cuyo único mérito sea el éxito en los negocios.
Para los asteroides que pertenecen a grupos reconocidos las reglas son más estrictas: Los asteroides troyanos, situados en los puntos lagrangianos L4 y L5 de Júpiter, llevan nombres de guerreros de la guerra de Troya (588 Aquiles, 884 Príamo...); los asteroides transjovianos, situados entre las órbitas de los planetas gigantes, llevan nombres de centauros (2060 Quirón); los objetos transneptunianos, situados más allá de la órbita de Neptuno, para seguir la línea iniciada con Plutón, llevan nombres mitológicos asociados con el inframundo, como 90482 Orco; los objetos del cinturón de Kuiper llevan nombres mitológicos asociados con la creación, como 50000 Quaoar (de las tribus gabrielinas de California) y 174567 Varda (de la mitología ficticia creada por J.R.R. Tolkien); y los objetos que se acercan o cruzan la órbita de la Tierra llevan nombres mitológicos preferiblemente masculinos, como 1862 Apolo.
Hasta marzo de 2014 había 390 514 asteroides numerados, y otros tantos sin numerar. Sólo unos 16 000 tienen nombre. El primer asteroide numerado sin nombre es 3708 1974 FV1, y el número más alto que ha recibido nombre es 382238 Eufemo, descubierto en 2012.
La imaginación de los astrónomos para dar nombre a los asteroides no tiene límites. Dejando de lado parientes, amigos y mascotas de los descubridores, hay astrónomos, como 238 Hypatia, 1134 Kepler y 1655 Comas Solá; otros científicos, como 2001 Einstein y 117413 Ramonycajal; astronautas, como 1772 Gagarin y 6469 Armstrong; escritores, como 5020 Asimov y 79144 Cervantes; artistas, como 4511 Rembrandt y 6592 Goya; músicos, como 1815 Beethoven, 17059 Elvis y 37573 Enricocaruso; actores, como 9341 Gracekelly, 11548 Jerrylewis, 13070 Seanconnery, 17744 Jodiefoster o incluso 11419 Donjohnson; directores de cine, como 7032 Hitchcock y 25930 Spielberg; deportistas como 5910 Zátopek y 128036 Rafaelnadal; personajes de ficción, como 571 Dulcinea, 3552 Don Quijote, 5048 Moriarty, 5049 Sherlock, 5050 Doctorwatson, 12410 Donald Duck , 29401 Astérix y 29402 Obélix; animales, como 5026 Martes (la marta) y 1320 Impala; plantas, como 943 Begonia, 957 Camelia y 1060 Magnolia; dinosaurios, como 9937 Triceratops y 58671 Diplodocus; lugares, como 1193 África y 14967 Madrid... Los Beatles tienen nada menos que cinco asteroides: 4147 Lennon, 4148 McCartney, 4149 Harrison, 4150 Starr y 8749 Beatles, y Monty Phyton, siete: 9617 Grahamchapman, 9618 Johncleese, 9619 Terrygilliam, 9620 Ericidle, 9621 Michaelpalin, 9622 Terryjones y 13681 Montypython; pero Paul Simon y Art Garfunkel tienen que compartir el suyo: 91287 Simon-Garfunkel. También se ha premiado con nombres de asteroides a los ganadores de varios concursos, como el Discovery Education 3M Young Scientist Challenge y la Intel International Science and Engineering Fair.
Entre los nombres más curiosos destacan el paradójico 1282 Utopía; 1372 Haremari, llamado así por el equipo femenino (“Harem”) del Instituto de Cálculos Astronómicos (Astronomisches Rechen-Institut, A.R.I.) de la Universidad de Heidelberg; 1421 Esperanto, por el idioma artificial; 1484 Postrema (el último, en latín), llamado así por su descubridor, el astrónomo ruso Grigori Nikoláievich Neuimin, pensando que iba a ser su último asteroide, pero aún descubrió dos más después de ese, elevando su total particular a 74; 1625 The NORC, por el ordenador Naval Ordnance Research Calculator; 2039 Mr. Spock, que no lleva el nombre del personaje televisivo, sino el del gato de su descubridor; 3325 TARDIS, la máquina del tiempo de la serie Doctor Who; 3568 ASCII, llamado así por el código de caracteres; 9769 Nautilus, el submarino de 20 000 leguas de viaje submarino; 7470 Jabberwock, 9780 Bandersnatch y 9781 Jubjubbird (el ave Jubjub), seres imaginarios del poema Jabberwocky de Lewis Carroll; 10000 Myriostos, que significa diez mil en griego; 17058 Rocknroll; 336204 Sardinas, por “Los Sardina”, Charo, Miguel Angel, Elvira e Irene, “por su apoyo al observatorio de La Cañada”; 340891 Londoncommorch, por la London Community Orchestra; y 350509 Vepřoknedlozelo, un plato típico checo. Y el asteroide 9000 no podía llevar otro nombre que HAL, por HAL 9000, el ordenador de 2001, una odisea del espacio.
Algunos asteroides, lamentablemente, llevan nombres repetidos, no en otros asteroides, sino en satélites de planetas: 85 Io, 106 Dione, 593 Titania... Dos asteroides no pueden tener el mismo nombre, aunque hay algunos que se parecen mucho, como 699 Hela (diosa del inframundo de la mitología nórdica) y 1370 Hella (dedicado a la astrónoma Helene Nowacki), 1071 Brita y 1219 Britta (ambos de significado desconocido), 207 Hedda (esposa del astrónomo Friedrich August Theodor Winnecke) y 673 Edda (por las Eddas, colecciones de historias de la mitología nórdica)...
Así que, ya lo sabes, si quieres que tu nombre quede inmortalizado en un asteroide, tienes dos caminos: uno, difícil y sin garantías, conseguir la celebridad, preferiblemente haciendo algo útil para la humanidad; el otro, infalible y mucho más fácil (o no), hacerte amigo de un astrónomo que se dedique a la caza de asteroides.
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