viernes, 7 de marzo de 2014

Un grillo de matorral en la sierra

Escucha el podcast
(Contribución de El neutrino a la XXIX Edición del Carnaval de Biología, organizada por ZTFNews.org)

Este bicho que fotografié el 6 de julio del año pasado en la Cuerda Larga de la sierra de Guadarrama
es un saltamontes longicornio o grillo de matorral.

Los grillos de matorral forman la familia de los tetigoníidos (Tettigoniidae) dentro del orden de los ortópteros (grillos y saltamontes). Se diferencian de los saltamontes verdaderos por la longitud de las antenas, largas y flexibles en los tetigoníidos (de ahí que también se les llame saltamontes longicornios), mientras que en los saltamontes son cortas y rígidas. Aunque en la foto no se aprecian bien las antenas, al bicho le dio por moverlas y han salido borrosas.

Otra diferencia es la forma de producir sonido y la posición de los órganos auditivos. En los grillos de matorral, el sonido se produce mediante el frotamiento de los élitros, el par de alas anteriores endurecidas, uno contra otro, mientras que los saltamontes lo hacen con las patas. Los órganos para la audición, que se llaman órganos timpánicos, se encuentran en el abdomen en el caso de los saltamontes, y en las patas delanteras en los grillos de matorral. En realidad, los grillos de matorral, como indica su nombre, están más emparentados con los grillos que con los saltamontes.

Algunas especies de grillo de matorral son herbívoras, mientras que otras son depredadoras y se alimentan de otros insectos, caracoles o incluso pequeños vertebrados, como serpientes y lagartos. Los más grandes pueden infligir una mordedura dolorosa, aunque casi nunca atraviesan la piel.

En general son los machos los que producen sonido, pero en algunas especies también las hembras pueden hacerlo. Hay especies nocturnas y especies diurnas. Durante la cópula, el macho transfiere el esperma a la hembra en una cápsula llamada espermatóforo, que lleva unido un "regalo nupcial" llamado espermatofilax, una masa gelatinosa cuya función no está clara. Tradicionalmente se había pensado que era alimento para la hembra, pero realmente su valor nutritivo es muy bajo, y bien pudiera ser que su función sea simplemente entretener a la hembra para que no se coma el espermatóforo y para que tarde más en aparearse con otro macho.

En ciertas regiones de Asia y África, algunas especies de grillo de matorral se consideran una exquisitez.

El saltamontes costero, Platycleis affinis, un grillo de matorral de la región mediterránea, ostenta el récord del mundo de tamaño relativo de los testículos. Éstos representan el 14% del peso total del insecto. Pero no se sabe para qué le pueden servir unos testículos tan grandes.

No he logrado determinar a qué especie pertenece el bicho de la foto. No es un saltamontes costero, pero a lo más que llego es a clasificarlo en la subfamilia de los bradiporinos (Bradyporinae), los grillos de matorral alicortos. Lo que sí está claro es que es un macho; las hembras se distinguen perfectamente por su enorme ovopositor, una prolongación alargada del abdomen, en forma de espada, que les sirve para poner los huevos. Éstos son normalmente ovalados, y se depositan de uno en uno, en fila, en el suelo, en grietas de la corteza de los árboles, o en hendiduras que abren en los tallos de las plantas.

Yo siempre había creído que los grillos de matorral se llamaban también chicharras. De hecho, así los llaman en algunos libros. Pero en otros sostienen que es incorrecto llamarlos así, ya que chicharra, y en esto está de acuerdo el Diccionario de la Real Academia, es sinónimo de cigarra, que es un insecto totalmente distinto; las cigarras ni siquiera son ortópteros, son hemípteros, como las chinches. Pero creo que voy a seguir llamando cigarras a las cigarras, y chicharras a los grillos de matorral. No me parece justo que unas tengan dos nombres, y los otros ninguno. ¿Qué os parece?

1 comentario: