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Esqueleto de Apatosaurus excelsus (con el cráneo de Camarasaurus) en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York (William Diller Matthew, 1915). |
(Contribución de El neutrino a la IX edición del Carnaval de humanidades, organizada por Ciencia y alguna otra cosa, y a la XXVIII Edición del Carnaval de Biología, organizada por Vida y Estrellas (Divulgación Científica))
(Publicado originalmente en Madrid Sindical)
La Guerra de los Huesos fue un periodo de intensa búsqueda y descubrimiento de fósiles en los Estados Unidos, a finales del siglo XIX, que estuvo marcado por la encarnizada rivalidad entre Edward Drinker Cope (de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia) y Othniel Charles Marsh (del Museo Peabody de Historia Natural de Yale). En su afán por superar a su competidor, ambos científicos bautizaron nuevas especies basándose sólo en fósiles incompletos y poco significativos, que con el tiempo resultaron pertenecer a otras especies ya descritas.
En 1877, Marsh publicó un corto artículo de dos párrafos en el American Journal of Science en el que describía la columna vertebral de un dinosaurio de unos quince metros de longitud al que llamó Apatosaurus ajax. Dos años más tarde, publicó otro breve artículo en la misma revista en el que describía un dinosaurio más grande, de veinte a veinticinco metros de largo, al que bautizó con el nombre de Brontosaurus excelsus. El esqueleto de este brontosaurio, casi completo, se montó en el Museo Peabody de Historia Natural de la Universidad de Yale en 1905. El brontosaurio era el dinosaurio más grande descubierto hasta el momento, y fue el primer saurópodo que se expuso en un museo; así, alcanzó una gran popularidad en todo el mundo, al contrario que el pobre apatosaurio, del que no se encontraron más huesos.
Pero en 1903, el paleontólogo Elmer Riggs, del Museo Field de Historia Natural de Chicago, llegó a la conclusión de que el animal llamado Apatosaurus por Marsh no era más que un ejemplar joven de brontosaurio. Sin embargo, una de las reglas que rigen la nomenclatura de los seres vivos es la de prioridad: el nombre más antiguo, en este caso Apatosaurus, tiene preferencia sobre el más moderno. Apatosaurus pasó a ser el nombre oficial de la especie, y Brontosaurus se convirtió en lo que los zoólogos llaman un sinónimo; técnicamente no es incorrecto, pero es un nombre que ya no se utiliza en las publicaciones científicas.
Un caso similar sirvió para enconar la enemistad entre Cope y Marsh. En 1866, el hallazgo en una explotación de margas de Nueva Jersey de los huesos fósiles de un animal gigantesco llegó a oídos de Cope, que se apresuró a estudiarlos. Los restos incluían una enorme garra, que hizo a Cope afirmar que se trataba de “el tipo más formidable de vertebrado terrestre rapaz del que tenemos conocimiento”. Cope llamó al nuevo dinosaurio Laelaps, el nombre griego de Lélape, el perro infalible de la mitología griega que siempre atrapaba a su presa cuando cazaba.
Dos Laelaps (Dryptosaurus) luchando (Charles Robert Knight, 1897) |
Laelaps fue el primer dinosaurio depredador descubierto en los Estados Unidos, y el hecho de que tenía las patas delanteras mucho más cortas que las traseras hizo que algunos paleontólogos reconsideraran la imagen tradicional de los dinosaurios como torpes cuadrúpedos, e imaginaran a Laelaps más parecido a un ave, saltando ágilmente sobre sus presas. Una imagen que no ha cambiado mucho hasta el presente.
Pero Cope no sabía que el nombre Laelaps ya se había utilizado para un ácaro, así que no estaba disponible; era lo que los zoólogos llaman un homónimo. En 1877, Marsh “robó” a Cope su Laelaps rebautizándolo con el nombre de Dryptosaurus (“lagarto lacerante”), y para mayor escarnio lo hizo en una simple nota a pie de página de la descripción de otro dinosaurio, Titanosaurus. Suficiente para conseguir la prioridad y arrebatarle a su rival el mérito de poner nombre a la especie.
Curiosamente, el Titanosaurus de Marsh también resultó ser un homónimo, el nombre ya había sido utilizado por Richard Lydekker ese mismo año para un dinosaurio indio, y Marsh tuvo que cambiarlo más tarde por Atlantosaurus. Y aún éste último, basado solamente en dos vértebras, se considera actualmente dudoso, y diversos paleontólogos lo han asociado con Apatosaurus, Diplodocus u otras especies mejor establecidas.
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