viernes, 16 de septiembre de 2011

¿De dónde vienen las pelusas?

Pelusas (Stromcarlson, 2006)
(Publicado originalmente en Madrid Sindical)

(Contribución de El neutrino al XXIII Carnaval de la Física, organizado por Astrofísica y Física.)

Por más que se barra, por más que se ventile, por más que se pase el aspirador, no hay manera de librarse de las pelusas. Siempre queda alguna agazapada bajo un mueble, o enredada en la pata de una mesa. ¿De qué están hechas las pelusas, y cómo se forman?



La culpable de la formación de las pelusas es la electricidad estática. Aunque la fuerza electrostática es diez sextillones de veces más fuerte que la de la gravedad, no estamos tan habituados a ella en nuestra experiencia cotidiana, porque en casi todos los objetos las cargas eléctricas positivas (los protones de los núcleos atómicos) y las negativas (los electrones) están compensadas, de modo que su carga eléctrica neta es nula. Pero en algunos objetos, parte de esos electrones se encuentran muy poco ligados a sus átomos, de manera que pueden perderse con facilidad; es lo que sucede al frotar un globo con la mano o contra la manga: algunos de esos electrones libres se transfieren de la piel o de la ropa al globo, que adquiere carga eléctrica negativa y puede atraer pequeños objetos como cabellos o trocitos de papel, e incluso pegarse al techo. Esto es posible aunque esos otros objetos no tengan una carga eléctrica neta, porque los electrones del globo repelen los electrones libres de esos objetos hacia su extremo más alejado, dejando una carga neta positiva en el extremo más cercano, que es la que se pega al globo, ya que las cargas iguales se repelen y las cargas opuestas se atraen.

La manera más habitual de que un objeto se cargue de electricidad estática es el frotamiento, como en el caso del globo o como nos puede ocurrir a nosotros mismos al caminar por una alfombra, con los efectos desagradables que todos conocemos; es lo que se conoce con el nombre de efecto triboeléctrico (del griego tribein, “frotar”). La triboelectricidad fue la primera manifestación de la electricidad conocida por el hombre: En el siglo VI a.C., Tales de Mileto descubrió que el ámbar podía atraer pequeños objetos después de frotarlo con un paño de lana. Tales llamó “electricidad” al fenómeno, del término griego para el ámbar, “electrón”.

En el caso de la pelusa, todo comienza con un pelo. Una corriente de aire, provocada por una ventana abierta o por el simple paso de una persona, o el propio frotamiento de la escoba o el aspirador, es suficiente para que el pelo se cargue de electricidad y comience a atraer otros objetos: polvo, escamas de piel muerta, telarañas, fibras textiles, otros pelos… En las pelusas, además, encuentran refugio y alimento los ácaros del polvo. Una vez que una pelusa comienza a crecer, a la atracción electrostática se añade el enmarañamiento entre los pelos que la forman; por eso es a veces tan difícil arrancarlas de sus escondrijos.

El potencial de formación de pelusas en una casa es enorme: Cada persona pierde cerca de un centenar de pelos al día. Sólo en las casas deshabitadas, donde no hay ni pelos ni movimientos que puedan cargarlos de electricidad, no hay pelusas. Así que hay que resignarse y limpiar la casa con frecuencia, aunque con ello estemos favoreciendo la creación de nuevas pelusas.

25 comentarios:

  1. No sabía lo interesante que era la física de las pelusas, y nunca se me había ocurrido que todo comenzaba con un pelo, aunque ahora que las observo detenidamente, es el común denominador en todas.

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  2. Nunca he conocido el origen de ese material que todos intentamos que no halla en nuestras casas y que nunca hemos podido eliminar del todo. Lo malo es que gracias a este post, me he dado cuenta que, por desgracia, siempre va a ser así, apareceran más y más pelusas, ya que siempre va haber pelos, piel muerta…

    Adrián

    Gracias

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  3. para evitar las pelusas, la mejor forma es trasquilarse o cortarse el cabello completamente, me imagino el hogar donde viven los calvos, se libran de las pelusas

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    1. En mi casa somos todos calvos y andamos bien rasuraditos de otras zonas así que su teoría de que en la casa de los calvos no hay pelusas cae por su propio peso ya que prácticamente estas forman parte de la familia

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  4. No se conformen con las pelusas. Unas pocas en normal pero las de Madrid son impactantes.
    En otros países (al menos los que he conocido) se forman pelusas que no tienen comparación alguna con la plaga existente en Madrid. ¿carga electromagnética?

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