viernes, 29 de mayo de 2009

Angelina Jolie y las hélices


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Hace unos días, zapeando, me encontré con una escena de la película Sky Captain y el mundo del mañana en la que Angelina Jolie capitanea un escuadrón de aviones anfibios. No puedo opinar sobre la película porque no la he visto entera: al día siguiente, otra vez zapeando, volví a caer sobre la misma escena; mala suerte... o no. En dicha escena, si uno logra apartar la atención de Angelina Jolie, se puede ver que los aviones, momentos antes de sumergirse, detienen las hélices, situadas delante de las alas, y las desplazan hacia atrás. Dejando de lado la viabilidad técnica y la utilidad de tal mecanismo, la imagen me hizo preguntarme por qué los aviones llevan las hélices delante, mientras que los barcos las llevan detrás. La respuesta no es sencilla, hay que tener en cuenta varios factores para decidir cuál es el mejor lugar para situar las hélices.



Conviene tener presente que, aunque la mayor parte de los aviones llevan las hélices delante, existen algunos modelos con las hélices detrás, y otros que llevan hélices tanto detrás como delante; sin embargo, todos los barcos llevan las hélices detrás. Esto es debido a que, en principio, la posición trasera de las hélices es preferible, y esto por varias razones:


  • La propulsión es más eficiente, ya que el flujo de aire/agua alrededor del fuselaje/casco es laminar, lo que significa que no tiene turbulencias cuando llega a la hélice. Esta ventaja es mayor para los barcos, que se mueven lentamente en un medio denso, que para los aviones, que se desplazan a gran velocidad en un medio enrarecido.

  • La estabilidad es mayor, puesto que con la hélice delantera, el flujo de salida se ve perturbado por el casco/fuselaje.

  • El vehículo es más maniobrable si la hélice está situada cerca del timón de cola.

  • En un avión monomotor, la visibilidad es mejor con el motor en la cola, y los incendios, fugas de carburante, etc. no se propagan hacia el piloto.

Sin embargo, en el caso de un avión, la posición trasera de la hélice presenta varios inconvenientes, sobre todo de seguridad, que hacen aconsejable el uso de hélices delanteras, pese a la pérdida de eficiencia:


  • Si el piloto debe saltar en paracaídas, corre el peligro de chocar contra la hélice trasera.

  • En un aterrizaje de emergencia, el motor delantero amortigua el golpe para el piloto.

  • Si la pista no está perfectamente limpia, los objetos levantados por las ruedas en el despegue y el aterrizaje pueden golpear una hélice situada por detrás del tren de aterrizaje.

  • En caso de hielo, la hélice trasera puede resultar dañada por fragmentos desprendidos del fuselaje.

  • La refrigeración por aire de un motor trasero es menos eficiente: las entradas de ventilación sólo pueden ser laterales.

  • El motor trasero, sobre todo si es un turbopropulsor, es más ruidoso, porque los gases de escape pasan a través de la hélice.

  • Si los motores traseros se sitúan en las alas, los alerones son menos eficaces: hay menos espacio para situarlos y el flujo de aire que reciben es más lento, no ha sido acelerado por las hélices.

Ninguno de estos inconvenientes afecta a los barcos; por eso, a diferencia de los aviones, todos llevan las hélices detrás.

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