martes, 23 de junio de 2009

Adivina quién viene a cenar esta noche


En 1979, la hormiguera de lunares (Maculinea arion), una rara mariposa eurasiática que vive en zonas montañosas por debajo de los 2.000 metros de altitud, se extinguió en Inglaterra. Han hecho falta más de veinte años de trabajo por parte de un equipo de científicos de la Universidad de Oxford para descubrir las causas de la extinción y reintroducir con éxito la mariposa.

El ciclo de vida de la hormiguera de lunares es bastante curioso. Durante el verano, las hembras ponen los huevos sobre las flores del tomillo o del orégano. Las larvas se alimentan en principio de las flores, frutos y semillas de su planta huésped, pero al cabo de un tiempo se dejan caer al suelo y esperan la llegada de una hormiga roja de la especie Myrmica sabuleti. Cuando la hormiga toca a la oruga con las antenas, ésta segrega una sustancia azucarada muy del gusto de la hormiga. Al cabo de un rato, la hormiga recoge a la oruga con sus mandíbulas y la lleva a su hormiguero. Allí, las hormigas siguen ordeñando a la oruga para alimentarse ellas mismas y a sus propias larvas. La oruga de la mariposa, mientras tanto, busca la cámara de cría del hormiguero y comienza a devorar los huevos y las larvas de las hormigas. A primeros de junio del año siguiente, la oruga construye su crisálida a la entrada del hormiguero; dos semanas más tarde, la mariposa sale al exterior, escoltada y defendida por las hormigas hasta que se le secan las alas y puede alzar el vuelo. Durante todo este tiempo, incluso cuando está dentro de la crisálida, la oruga imita el olor y los sonidos de las hormigas; si deja de hacerlo, es devorada por las obreras.

A veces, cuando hay demasiadas orugas en un hormiguero, éstas acaban con todos los huevos y larvas de las hormigas, con el resultado de que la colonia de hormigas desaparece y las orugas mueren de hambre. Otras veces, por el contrario, la colonia de hormigas produce varias reinas, que envían a las obreras a devorar a las orugas.

Los investigadores ingleses habían descubierto que la progresiva desaparición de esta mariposa en los años 1970 estaba relacionada con una enfermedad que había diezmado la población de conejos y con el abandono de la ganadería en la región; ambas cosas habían provocado la modificación del medio herbáceo: La hierba crecía más alta, lo que provocó que el suelo se volviera demasiado frío y húmedo para las colonias de hormigas, que huyeron y abandonaron a las mariposas a su suerte.

Para reintroducir con éxito las mariposas, ha hecho falta en primer lugar restaurar el medio herbáceo mediante la introducción de especies herbívoras. Así, las hormigas, necesarias para la reproducción de las mariposas, han vuelto. Además, gracias a la restauración del hábitat de la hormiga y de la mariposa también ha aumentado la población de otras especies de aves e insectos. ¡Qué complicada es la ecología!

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