jueves, 12 de marzo de 2009

Caballos domesticados en el neolítico


Hasta ahora, se pensaba que la domesticación del caballo se llevó a cabo en la edad del bronce. Sin embargo, un equipo internacional de arqueólogos acaba de publicar las pruebas de que este animal ya había sido domesticado a finales del neolítico, en el cuarto milenario antes de nuestra era, en el norte de Kazajistán.

En esta región, la explotación del caballo presenta la ventaja de que este animal está mejor adaptado a los inviernos rigurosos, y es capaz de pastar durante todo el año, incluso en terrenos nevados, al contrario que las vacas, cabras y ovejas, que deben ser estabuladas en invierno.

En yacimientos correspondientes a la denominada cultura de Botai, los arqueólogos han descubierto pruebas de esta temprana domesticación. Entre los huesos de caballo encontrados, los premolares en algunas mandíbulas llevan las marcas de desgaste producidas por el bocado, lo que significa que los animales estaban enjaezados, y por consiguiente eran montados. Además, la morfología de algunos huesos es a la vez diferente de la de los caballos salvajes de la misma época y similar a la de los caballos domesticados de la edad del bronce, lo que indica que el ser humano ya había comenzado a controlar la reproducción de los caballos para seleccionar los mejores ejemplares.

Los investigadores también han encontrado residuos de grasas procedentes de la leche de yegua en restos de cerámica botai, lo que confirma la domesticación, puesto que es realmente difícil ordeñar una yegua salvaje, y sugiere que ya en aquellos tiempos se preparaba el kumis, bebida ligeramente alcohólica tradicional de Asia Central elaborada con leche de yegua. Así que la utilidad del caballo era ya en aquellos tiempos doble: como fuente de alimento y como medio de transporte.

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