jueves, 4 de junio de 2009

Los diplodocus no hacían pilates

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Diplodocus (Charles Knight, 1911)
Cuando los paleontólogos descubrieron los primeros saurópodos, los grandes dinosaurios de cuello largo como el Diplodocus y el brontosaurio, con más sensatez que rigor científico recurrieron a los animales vivientes de cuello largo, como la jirafa y el cisne, como modelos para la reconstrucción del aspecto de aquellos extintos gigantes. Así pues, representaban a los dinosaurios con el cuello arqueado hacia arriba, casi vertical. (Sin embargo, al montar los fósiles en los museos, el espacio disponible hizo que en muchos casos, el cuello se situase en posición horizontal.)



Más tarde, los paleontólogos se inclinaron por la llamada posición osteológicamente neutra, que resulta de ensamblar las vértebras y el cráneo de manera que las sucesivas apófisis (los salientes mediante los que las vértebras se articulan unas con otras) queden superpuestas. Esta reconstrucción es la que se ha mantenido en los últimos años, con el resultado de que la mayor parte de los saurópodos se representan hoy en día con el cuello casi horizontal, e incluso algunos con el cuello inclinado hacia abajo y la cabeza situada casi a ras de suelo. Resulta extraño que estos dinosaurios evolucionasen un cuello tan largo para mantenerlo a ras de suelo: además de que habrían resultado una presa fácil para los carnívoros de la época, el largo cuello sería totalmente inútil si sólo se podían alimentar de las plantas más bajas.

Entre los animales vivientes, no se me ocurre ningún vertebrado terrestre de cuello largo que lo mantenga habitualmente en posición horizontal. Es posible, sí, que dentro de algunos millones de años, si seguimos en este planeta, las vacas hayan desarrollado algo parecido: Todos hemos visto cómo, cuando están confinadas en un cercado, las vacas hacen ímprobos esfuerzos por alcanzar las plantas que se encuentran al otro lado de la valla. Pero no creo que en tiempos de los dinosaurios hubiera muchos cercados. Un ejemplo más razonable es el casuario. Cuando corre por las intrincadas selvas de Nueva Guinea, el casuario coloca el cuello en posición horizontal y lo utiliza como un ariete para apartar la vegetación a su paso. Sin embargo, no es ésa su postura habitual; en reposo, el casuario mantiene el cuello erguido, como su pariente el avestruz.

Lo que resulta sorprendente es que, hasta ahora, a nadie se le había ocurrido verificar la hipótesis de la posición osteológicamente neutra con animales vivos. Eso es lo que han hecho Michael P. Taylor y Darren Naish, paleontólogos de la Universidad de Portsmouth, y Mathew J. Wedel, de la Western University of Health Sciences de California. Estos investigadores han revisado la literatura científica publicada al respecto. Analizando radiografías de mamíferos, aves y reptiles en posición de 'alerta' (despiertos y en reposo), han comprobado que en todos ellos las vértebras del cuello se mantienen extendidas e inclinadas hacia arriba con respecto a las de la espalda, de manera que el cuello se mantiene casi vertical, mientras que la cabeza se mantiene flexionada hacia delante, en ángulo recto con el cuello. Y esto, incluso en los vertebrados con el cuello más corto, como roedores, musarañas y conejos.

El siguiente paso, que nadie hasta ahora se había molestado en dar, ha sido reconstruir la posición osteológicamente neutra en animales modernos. Y lo que se obtiene, tanto para los mamíferos como para las aves, es un cuello muy flexionado hacia delante, muy diferente de la postura natural visualizada con los rayos X. Además, cuando se intenta reconstruir el cuello usando sólo los huesos, es imposible colocarlo en esa posición natural; los discos intervertebrales de cartílago y otros tejidos blandos son imprescindibles para que el cuello consiga la flexibilidad necesaria.

Así pues, el método de ensamblar las vértebras unas con otras no sirve para reconstruir la posición del cuello de un animal extinguido; los datos obtenidos de los vertebrados vivientes sugieren que la posición natural del cuello de todos los vertebrados terrestres, vivos y extinguidos, es más vertical que horizontal. Esto no significa que todos los saurópodos mantuvieran el cuello erguido a 90º; seguramente el ángulo variaba de una especie a otra; además, hay que tener presente que la posición de la que se habla aquí es la de 'alerta', y que la flexibilidad del cuello permite en general a los animales un amplio rango de movimientos.

¿Y qué tiene que ver todo esto con el pilates? Nada, salvo que la posición osteológicamente neutra me ha recordado a la posición 'neutra' del pilates, en la que, entre otras muchas cosas, hay que bajar el mentón y estirar la parte posterior del cuello. Afortunadamente, no es lo mismo: el cuello humano en posición osteológicamente neutra estaría inclinado unos 45º hacia delante. ¡A ver quién es el guapo que aguanta es esa postura!


Para saber más sobre dinosaurios y otros animales prehistóricos, podéis escuchar mi nuevo podcast quincenal Zoo de fósiles en Ciencia para escuchar.

1 comentario:

  1. Bien, bien, bien... así que estamos ante un fraude más de la ciencia... Pero ¿qién miente? ¿El mentiroso original o el mentiroso subsiguiente que niega la versión del mentiroso original?

    Sr. neutrino, entre blogs, podcasts, colabraciones, pilates, y demás zarandajas, ¿cuándo trabaja usted?

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