En septiembre de 2008, un grupo de arqueólogos alemanes descubrió en la cueva de Hohle Fels, en el Jura Suabo (suroeste de Alemania) una figurilla femenina de marfil de mamut que ha resultado ser la primera escultura con forma humana conocida, con una antigüedad de 35.000 años. En la misma campaña de excavación también desenterraron varios fragmentos de flautas de hueso y de marfil de la misma época que ahora han presentado como el conjunto de instrumentos musicales más antiguo.
La flauta más grande, de 22 centímetros de longitud, estaba rota en doce trozos. Está hecha con un hueso de ala de buitre leonado, y tiene cinco agujeros y unas muescas en forma de V en un extremo que probablemente formasen la boquilla. La flauta también presenta unas finas líneas talladas junto a los agujeros, quizá marcas de referencia para la fabricación del instrumento. Otros fragmentos de hueso de ala de cisne corresponden a una flauta más pequeña, con sólo tres agujeros.
Estos restos se han encontrado mezclados con otros objetos de uso común, lo que ha llevado a los investigadores a suponer que la música ya formaba parte de la vida diaria de aquellos hombres.
Aquí se puede escuchar cómo suena una de las flautas.
La datación de estos objetos se corresponde con la llegada del Homo sapiens a esa parte de Europa; aunque en esa región también vivía el hombre de Neanderthal desde cientos de miles de años antes, la aparición repentina de este tipo de restos indica que pertenecían a nuestros antepasados, los Homo sapiens. Aunque también es cierto que en 1995 se descubrió en Divje Babe (Eslovenia) un fragmento de hueso de oso con agujeros, con una antigüedad de unos 43.000 años, que según algunos arqueólogos es parte de una flauta fabricada por los neandertales, aunque para otros no es más que un hueso agujereado por los colmillos de algún animal carnívoro.
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