Pantala flavescens, una libélula de color amarillo dorado y alas transparentes, de 4,5 centímetros de longitud y 8 de envergadura, es la libélula más extendida del planeta: sólo está ausente en Europa, el norte de Asia y de África, la mayor parte parte de Canadá, el oeste de los Estados Unidos, el sur de Chile y Argentina, Tasmania y Nueva Zelanda. Se la encuentra incluso en la isla de Pascua, y fue la primera libélula que colonizó el atolón Bikini después de los ensayos nucleares que se realizaron allí entre años 1946 y 1958.
Se trata de una especie migratoria que busca lugares húmedos; en la India y el sudeste asiático se desplaza con los monzones. En latitudes más altas, como en el sur de Australia y en la región de los Grandes Lagos entre Estados Unidos y Canadá, el clima es demasiado frío para invernar, y nuevos migrantes tienen que colonizar cada año esas regiones. Pantala flavescens alcanza una velocidad de 5 metros por segundo, y se la ha registrado hasta una altitud de 6.200 metros, en el Himalaya.
Ahora, el biólogo Charles Anderson afirma que Pantala flavescens es el insecto que realiza la migración más larga, doblando la distancia que recorren las mariposas monarca (Danaus plexippus) en América del Norte, y además lo hace sobre mar abierto, desde la India, a través de las Maldivas, hasta África.
Todos los años, desde octubre hasta diciembre, millones de libélulas llegan en oleadas a las islas Maldivas, donde permanecen unos pocos días. Casi todas pertenecen a la especie Pantala flavescens, aunque hay también unas pocas de otras especies. Las observaciones en la India, en las Maldivas y en navíos en alta mar indican que las libélulas se mueven de norte a sur, desde el sur de la India hasta los atolones más meridionales de las Maldivas. Meses más tarde, entre abril y junio, las libélulas realizan el recorrido inverso. Por sí misma, esta migración es sorprendente: las Malvinas se extienden entre 500 y 1000 kilómetros al sur de la India y son islas coralinas casi desprovistas de agua dulce, necesaria para el ciclo vital de las libélulas. Aparentemente, las libélulas, volando a una altitud de más de 1000 metros, acompañan el movimiento de la zona de convergencia intertropical, un cinturón de bajas presiones que rodea la Tierra en la zona ecuatorial y que se mueve hacia el sur desde octubre hasta diciembre.
Pero parece que el viaje no termina ahí. En noviembre, las libélulas aparecen en el norte de las Seychelles, a 2.700 kilómetros de la India, y en diciembre llegan al atolón de Aldabra, 1.000 kilómetros más al suroeste. Más tarde, las libélulas se presentan en gran número en el este y el sur de África: en Tanzania y Mozambique entre diciembre y enero, y en Uganda entre marzo y abril, y después en septiembre. La ruta y las fechas coinciden con los vientos que acompañan a la zona de convergencia intertropical; esto sugiere que las libélulas se sirven de esos vientos para migrar desde la India hasta el sur de África, en un viaje de ida y vuelta de más de 15.000 kilómetros, al tiempo que aprovechan sucesivamente los monzones de la India y las estaciones lluviosas de África para reproducirse. Pero no son los mismos individuos los que realizan todo el viaje: al igual que en el caso de las mariposas monarca, hacen falta cuatro generaciones para completar el recorrido.
Desgraciadamente para las libélulas, esta ruta migratoria sobre el océano Índico coincide en el tiempo y en el espacio con la de varias aves insectívoras, como cucos, chotacabras y halcones abejeros; probablemente todas estas especies se alimenten de las libélulas durante su viaje.
Sr Neutrino:
ResponderEliminarMuy interesante su artículo sobre las libélulas. Únicamente hacerle un comentario sobre el último párrafo: las libélulas no coinciden en el tiempo y en el espacio con vasrias aves insectívoras. Decir esto es como decir que los hombres coinciden en el tiempo y en el espacio con el supermercado de El Corte Inglés. En realidad, como es lógico, las aves insectívoras vamos allí para comernos a las libélulas, como usted va al supermercado para comparar filetes.
Fdo.: El gorrión hembra que se esconde en los radiadores de los coches.