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viernes, 24 de junio de 2016

¡Feliz verano!

El pasado lunes (si vives en América o en las Canarias) empezó el verano (invierno en el hemisferio sur); aquí en la península Ibérica, como en las Baleares, tuvimos que esperar al martes. Dicho así, parece que el verano (invierno en el hemisferio sur) empezó en momentos diferentes en cada región de la Tierra, lo que es absolutamente falso: El verano (invierno etc.) empezó simultáneamente para todo el planeta, ya que está marcado por el solsticio, el momento en el que el Sol se encuentra más alejado del Ecuador celeste. Lo que ocurre es que este año nos ha pillado de noche, a las 22:34 UTC del lunes 20 de junio, lo que corresponde a las 23:34 del lunes en las Canarias, a las 00:34 del martes en la España peninsular y Baleares, y a la tarde del lunes en América.

El caso es que, como todos los años, el Neutrino se va de vacaciones. A ver si durante el verano puedo darle un buen empujón a la segunda parte de La saga de los borelianos y a alguna otra cosa de la que hablaré en el momento oportuno. Siento dejar a medias la serie de los apóstoles de Linneo; espero que seais capaces de soportar la intriga. La serie continuará, junto con otros temas a cuál más interesante, a partir de septiembre.

Os dejo con el vídeo de la órbita del recién descubierto asteroide 2016 HO3, del que dicen que es una nueva luna de la Tierra. No lo es, a no ser que sigas el sistema geocéntrico ptolemaico. Este asteroide describe su órbita alrededor del Sol; lo que ocurre es que esta órbita es tan cercana a la de la Tierra que ambos períodos de revolución son muy similares, y los dos astros se encuentran muy próximos. En parte de su órbita el asteroide se encuentra más cerca del Sol y por tanto se desplaza más veloz que la Tierra y la adelanta, pero en la otra parte se encuentra más lejos del Sol, va más lento y se retrasa; así nunca se aleja demasiado de nuestro planeta. Esta órbita no es estable a largo plazo, aunque los cálculos indican que lleva casi un siglo así, y seguirá durante varios siglos.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

¿Un segundo satélite (temporal) de la Tierra?

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El Sistema Solar no es tan inmutable como nos puede parecer a primera vista. Como decíamos hace unos años cuando hablamos de los puntos de Lagrange, los planetas se mantienen estables gracias a que están muy separados entre sí, y las perturbaciones que ejercen unos sobre otros son muy pequeñas. Pero existen otros cuerpos en el Sistema Solar, además de los planetas. Muchísimos: cometas, asteroides... Y sus órbitas pueden ser muy complejas, y cambiar con el tiempo. En algunos casos, si se acercan demasiado a algún otro cuerpo, de forma dramática.

martes, 29 de abril de 2014

Los nombres de los asteroides (II)

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(Contribución de El neutrino al VII Carnaval de Geología, organizado por Veritas est in puteo)

(Anteriormente en El neutrino, la primera parte de Los nombres de los asteroides; a continuación, el desenlace...)

Tras la entrada en vigor de las normas de la UAI, sólo un asteroide fue bautizado antes de que su órbita fuera determinada con precisión. Se trata de Hermes, descubierto en 1937 por el astrónomo alemán Karl Wilhelm Reinmuth y perdido tras sólo cuatro días de observación. No fue redescubierto hasta 2003, cuando se le asignó el número 69230. Otro caso especial es el de Plutón. Cuando en 2006 perdió su condición de planeta, se le asignó el primer número disponible, el 134340. Su designación oficial es ahora 134340 Plutón (o 134340 Pluto para los puristas).

miércoles, 23 de abril de 2014

Los nombres de los asteroides (I)

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Símbolos de los primeros asteroides (B.A. Gould, 1852)

¿Quieres pasar a la posteridad? ¿Te gustaría que un asteroide llevara tu nombre? ¿O simplemente tienes curiosidad por saber cómo se pone nombre a esos cuerpos celestes? En cualquier caso, te interesará lo que sigue...

Los primeros asteroides, o planetas menores, como se llaman ahora oficialmente, se descubrieron en el siglo XIX, y fueron bautizados con nombres de diosas de la mitología grecorromana. Pero muy pronto la nomenclatura se fue diversificando, primero con otros personajes de esa mitología, como la sirena Parténope, la ninfa Tetis y la musa Melpómene, y más tarde con topónimos clásicos: Masalia (Marsella), Lutecia (París)...

En un principio, siguiendo la tradición de los símbolos astrológicos de los planetas, se crearon símbolos para cada uno de los asteroides. Pero al crecer el número de objetos descubiertos y la complejidad de sus símbolos, el astrónomo estadounidense Benjamin Apthorp Gould propuso simplificar el sistema numerando los asteroides por orden de su descubrimiento, de manera que el símbolo de cada asteroide fuera su número dentro de un círculo. A mediados del siglo XIX, el círculo se sustituyó por paréntesis, más fáciles de componer en una imprenta. Así, Parténope se convirtió en (11) Parténope, y Masalia en (20) Masalia.

lunes, 13 de enero de 2014

Un cinturón de asteroides muy holgado

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Comparación del tamaño de varios asteroides
(NASA/JPL-Caltech/JAXA/ESA, 2011)
(Publicado originalmente, en versión resumida, en Madrid Sindical)

En 1979 se lanzó el videojuego “Asteroides”, uno de los más populares de la época. Pocos meses después se estrenó la película “El imperio contraataca”. Ambos tienen en común el retrato que hacen de los cinturones de asteroides; un retrato bastante poco realista.

martes, 14 de septiembre de 2010

Casi cien asteroides

El astrónomo francés Auguste Charlois nació el 26 de noviembre de 1864 en La Cadière-d'Azur, en el sur de Francia. Trabajó en el observatorio de Niza. Al comienzo de su carrera, la detección de asteroides se realizaba aún visualmente, pero a partir de 1891, el desarrollo de la astrofotografía facilitó enormemente la tarea. A lo largo de su vida, Charlois descubrió 99 asteroides, desde 267 Tirza, el 27 de mayo de 1887, hasta 537 Pauly, el 7 de julio de 1904. Y podrían haber sido cien; de hecho, fotografió el asteroide 433 Eros la misma noche que el astrónomo alemán Carl Gustav Witt, pero fue éste el primero en anunciar el descubrimiento.
El 26 de marzo de 1910, con sólo 46 años, Auguste Charlois fue asesinado por su cuñado, el hermano de su primera esposa, por haber vuelto a casarse tras la muerte de aquélla. (El cuñado fue declarado culpable y condenado a trabajos forzados a perpetuidad en Nueva Caledonia.)
El asteroide 1510 Charlois, descubierto por el astrónomo francés André Patry en 1939, fue bautizado en su honor.

domingo, 29 de marzo de 2009

Como es arriba, así es abajo


El pasado 7 de octubre, un meteorito de dos a cinco metros de diámetro, bautizado con el nombre de Almahata Sitta, explotó a 37 kilómetros de altitud sobre el desierto de Nubia, en Sudán, con una energía aproximada de un kilotón. Lo extraordinario del caso es que, por primera vez en la historia, el objeto se había detectado como asteroide (2008 TC3) antes de entrar en la atmósfera terrestre, el 6 de octubre, de modo que es la primera vez que uno de estos objetos se ha podido estudiar simultáneamente mediante métodos astronómicos indirectos y mediante análisis químicos directos.

La composición química de los asteroides se estudia desde la Tierra mediante el análisis del espectro de la luz que refleja su superficie, lo que sólo permite su clasificación en unos pocos grupos genéricos de asteroides rocosos, metálicos o carbonosos. Así, el asteroide 2008 TC3 se ha clasificado, dentro de los meteoritos carbonosos, en la clase F. Por otro lado, los meteoritos se pueden analizar directamente para obtener su composición química detallada, pero hasta ahora nunca se había tenido información sobre el tipo de asteroide del que proceden.

Desde el pasado diciembre, una búsqueda organizada por la Universidad de Jartum ha conseguido recuperar numerosos fragmentos del asteroide, con un peso total de casi cuatro kilos. Su análisis químico muestra que se trata de una ureilita anómala: un meteorito poroso y frágil formado por granos muy finos de olivino y piroxeno (componentes principales del basalto) mezclados con grafito y nanodiamantes. De este modo, gracias a la combinación de los datos astronómicos y químicos, se ha podido establecer una relación entre los asteroides de tipo F y las ureilitas anómalas.

Por otro lado, la observación astronómica del asteroide durante sólo 20 horas ha permitido además el cálculo de su órbita con una precisión 10.000 veces mayor que si sólo se hubiera observado su entrada en la atmósfera, lo que ha llevado a los científicos a establecer una posible relación de este asteroide con 1998 KU2, otro asteroide de tipo F de dos kilómetros y medio de diámetro.

Quod est superius est sicut quod est inferius

martes, 3 de marzo de 2009

Por los pelos

El pasado sábado, los astrónomos del Siding Spring Survey, un programa de búsqueda de objetos próximos a la Tierra basado en Australia, anunciaron el descubrimiento de un nuevo asteroide, bautizado provisionalmente con el nombre de 2009 DD45. El lunes, este asteroide pasó a sólo 72.000 kilómetros de la superficie de la Tierra, menos de un quinto de la distancia a la Luna, y sólo el doble de la distancia a la que orbitan los satélites geoestacionarios.

Se estima que el asteroide tiene un diámetro de entre 20 y 50 metros, similar al del objeto que cayó en Siberia en 1908 y arrasó 2.000 kilómetros cuadrados de bosque.

Esta vez nos hemos librado por poco. Tengan cuidado ahí fuera.