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El Sistema Solar no es tan inmutable como nos puede parecer a primera vista. Como decíamos hace unos años cuando hablamos de los puntos de Lagrange, los planetas se mantienen estables gracias a que están muy separados entre sí, y las perturbaciones que ejercen unos sobre otros son muy pequeñas. Pero existen otros cuerpos en el Sistema Solar, además de los planetas. Muchísimos: cometas, asteroides... Y sus órbitas pueden ser muy complejas, y cambiar con el tiempo. En algunos casos, si se acercan demasiado a algún otro cuerpo, de forma dramática.
El Catalina Sky Survey es un programa de observación astronómica de la Universidad de Arizona que se dedica a la búsqueda de cuerpos próximos a la Tierra con el objetivo de identificar objetos potencialmente peligrosos, que podrían impactar contra nuestro planeta en un futuro. El 16 de septiembre de 2006, el Catalina Sky Survey descubrió un pequeño objeto que recibió la designación provisional 6R10DB9, y que inicialmente fue identificado como basura espacial. Los cálculos preliminares indicaban que se trataba de un objeto que orbitaba el Sol cada 11 meses, un periodo típico de las etapas superiores de los cohetes espaciales de los años 1960 y 1970, y que había sido capturado por la gravedad de la Tierra.
No era el primer caso. Unos días antes, el mismo Catalina Sky Survey descubrió otro objeto, llamado 6Q0B44E, de unos pocos metros de longitud, que orbita la Tierra con un periodo de 80 días, a una distancia de entre dos y tres veces la de la Tierra a la Luna. Su densidad, de 15 kg/m3, es demasiado baja para un cuerpo natural, y similar a la de un deposito de combustible vacío. Se trata de basura espacial, aunque no se ha podido identificar su origen. El que sí se ha podido identificar es J002E3, descubierto por el astrónomo aficionado Bill Yeung el 3 de septiembre de 2002. Ha resultado ser la tercera etapa del cohete Saturno V que transportó al Apollo 12 en 1969. Los datos espectroscópicos de su superficie concuerdan con aluminio y con la pintura usada en esos cohetes. Los datos orbitales, muy parecidos a los de 6R10DB9, indican que este objeto abandonó la vecindad de la Tierra en 1971, orbitó el Sol durante 31 años, volvió a orbitar la Tierra entre 2002 y 2003, y regresará probablemente hacia 2045.
Pero 6R10DB9 no parece artificial. Los análisis más precisos de su movimiento indican que la presión de la radiación solar perturba su órbita de un modo que no es compatible con su identificación como basura espacial, sino con un objeto rocoso. En febrero de 2008 fue catalogado como asteroide con la designación 2006 RH120. Quizá se trate de una roca lunar expulsada por una colisión. Aunque no todos los astrónomos están de acuerdo. Algunos creen que puede tratarse de la etapa de ascenso del módulo lunar la misión Apollo 10, de 1969. Como no se ha podido realizar un análisis espectrográfico para determinar su composición química, la duda persiste.
No es fácil distinguir un pequeño asteroide de un pedazo de basura espacial. Al fin y al cabo, para un telescopio sólo es un punto de luz. El 13 de noviembre de 2007, durante su segundo sobrevuelo de la Tierra, la sonda Rosetta fue confundida con un asteroide, e incluso recibió la designación 2007 VN84 y desencadenó una alerta por peligro de colisión con la Tierra.
2006 RH120 dio cuatro vueltas a la Tierra hasta que en junio de 2007 fue expulsado y se convirtió en un asteroide de la clase Apolo. Los asteroides Apolo, nada que ver con los cohetes Apollo, orbitan el Sol a una distancia media superior a la de la Tierra, pero, debido a la excentricidad de su órbita, en su perihelio, el punto de mayor cercanía al Sol, pueden cruzar la órbita de nuestro planeta.
Antes de ser expulsado de la órbita de la Tierra, 2006 RH120 se acercó a sólo 275 000 kilómetros, unas 0,7 veces la distancia de la Tierra a la Luna. Aún así, su brillo seguía siendo demasiado tenue para verlo a simple vista. Se utilizó el radar del Complejo de Comunicaciones del Espacio Lejano de Goldstone para medir su tamaño, que resultó ser de 2 a 3 metros, compatible con el de las etapas de ascenso de las misiones Apollo.
Con el paso de los años, la presión de radiación del Sol y las perturbaciones de otros cuerpos celestes han ensanchado la órbita de 2006 RH120, y ahora es un asteroide de la clase Amor, cuya órbita es completamente exterior a la de la Tierra. Su próximo encuentro con nuestro planeta será en agosto de 2028. Una buena ocasión para observarlo. Sea lo que sea, será interesante. Si al fin se trata del módulo de ascenso del Apollo 10 será una oportunidad única para estudiar los efectos a largo plazo de la exposición de sus materiales a las duras condiciones del espacio.
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