La supernova 1987A (Dr. Christopher Burrows, 1994 / Hubble Heritage, 1999) |
(Publicado originalmente en Madrid Sindical)
El pasado mes de septiembre saltó a la actualidad la noticia: Se habían descubierto partículas, neutrinos, más rápidas que la luz. ¿Tendremos que rehacer la Física? No hay que apresurarse. En ciencia, los resultados, sobre todo los resultados revolucionarios, hay que confirmarlos. Si es posible, con experimentos independientes. Porque los experimentos son muy complejos, y los investigadores deben ser muy cuidadosos con los múltiples factores que influyen en los resultados.
Es muy difícil detectar neutrinos, tanto que pasaron más de veinte años desde que se predijo su existencia, en 1930, hasta que fueron descubiertos, en 1951. Los neutrinos son partículas fantasmales; no tienen carga eléctrica, casi no tienen masa, y apenas interaccionan con otras partículas. Cada segundo llegan a la Tierra 65 mil millones de neutrinos por centímetro cuadrado, y una gran parte la atraviesa de lado a lado y escapa al espacio.
En el caso que nos ocupa, se ha enviado un haz de neutrinos generado en el CERN, en Ginebra, a través de la corteza terrestre, hasta el detector OPERA, en el laboratorio subterráneo del Gran Sasso, bajo los Apeninos, en Italia, a 730 kilómetros de distancia. Del billón de neutrinos que han enviado anualmente desde el CERN durante tres años, sólo se han detectado unas decenas de miles en un detector formado por 1.300 toneladas de ladrillos de plomo intercalados con detectores. Los dos laboratorios se han sincronizado con GPS; la velocidad así medida excede en 7,4 km/h la de la luz. Es una fracción minúscula, un adelanto de 60 milmillonésimas de segundo en un tiempo total de 3 milisegundos.
Lo sorprendente del caso es que en 1987, las medidas diez mil veces más precisas realizadas con los neutrinos que llegaron a la Tierra procedentes de la explosión de la supernova 1987A determinaron que su velocidad era inferior a la de la luz. Pero los neutrinos del experimento OPERA son mil veces más energéticos que los de la supernova; quizá su comportamiento cambie con su energía.
La Teoría de la Relatividad no prohíbe la existencia de partículas más veloces que la luz. Matemáticamente podrían existir. El problema es que con esas hipotéticas partículas, llamadas taquiones, sería posible transmitir información desde el futuro al pasado, con todas las paradojas que este fenómeno plantearía. En 1907, Einstein propuso un experimento mental, el “antiteléfono taquiónico”: Si se envía un mensaje con taquiones desde la Tierra a una nave que se aleja, y la nave responde de la misma manera en cuanto lo recibe, debido al extraño comportamiento del tiempo según la relatividad, la respuesta llegará a la Tierra antes de la emisión del primer mensaje. Entonces, si el centro de control hubiera decidido enviar el mensaje al astronauta sólo si no ha recibido antes la respuesta, el intercambio de mensajes ocurrirá sólo si no ocurre. Paradójico.
Algunas teorías de supercuerdas y de gravedad cuántica que se han propuesto en los últimos años solucionan el problema introduciendo modificaciones en la Relatividad, pero, como hemos dicho antes, aún es pronto para sustituir el edificio actual de la Física, que ha funcionado a la perfección durante décadas. Esperemos a la confirmación (o a la rectificación) de los resultados.
Excelente post,muy vàlido en todo su contexto,y como dices hay que esperar y no hay que sorprenderse ,ya que no seria la primera vez que se derrumba una teoria.Gracias. Daniel decessione del quinto
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