lunes, 21 de septiembre de 2009

La cavitación (2): En la naturaleza

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También en la naturaleza se produce cavitación, que afecta a algunos animales acuáticos. Para los nadadores rápidos, como los delfines y los atunes, la cavitación constituye una limitación en la velocidad que pueden alcanzar. Los delfines evitan nadar tan rápido como podrían por el dolor que les provoca el colapso de las burbujas de cavitación en las aletas, llenas de terminaciones nerviosas; los atunes, por su parte, no se ven afectados por ese problema, pero ven limitada de todos modos su velocidad por la pérdida de eficiencia que provocan las burbujas.

Otras especies animales han conseguido aprovechar la cavitación en su beneficio: dos grupos de crustáceos, los alfeidos o camarones armados y algunos estomatópodos -grupo al que pertenece la sabrosa galera (Squilla mantis)-, utilizan burbujas de cavitación para cazar.

En los crustáceos estomatópodos, las dos patas delanteras están más desarrolladas que las demás, y terminan en forma de mazo o de cuchilla; el animal las lleva dobladas debajo del cuerpo, en una postura semejante a la de una mantis religiosa. Para cazar, despliegan rápidamente sus patas y golpean a su presa; pueden infligir graves daños a presas mucho más grandes que ellos. Los estomatópodos dotados de mazos pueden desplegar éstos con una velocidad de hasta 23 metros por segundo, suficiente para generar burbujas de cavitación. Así, la presa recibe dos impactos: primero el del mazo e inmediatamente después el de las burbujas de cavitación. Incluso si el primer golpe falla, la onda de choque generada por la cavitación puede por sí sola matar o atontar a la presa.

Los camarones armados han llevado el uso de la cavitación aún más lejos. Tienen la pinza de un lado más grande que la del otro, y con ella producen un chasquido tan violento que genera burbujas de cavitación con una presión tan grande que puede matar peces pequeños a unos centímetros de distancia. De hecho, los camarones armados están entre los animales más ruidosos del océano. El arma de los camarones armados es tan importante para ellos que son capaces de invertir sus pinzas: Cuando un camarón pierde su pinza grande, en su lugar crece una pequeña, y la pinza pequeña original crece también para reemplazar lo antes posible la pinza grande perdida.


1 comentario:

  1. ¡La sabrosa galera! Me temo, sr. neutrino, que su dilecto paladar no ha degustado nunca esa especie de cucaracha marina, tan desagradable a la vista como a la sensación de metérsela en la boca. ¡Puagh!!!!

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