jueves, 30 de abril de 2009

Caen dos récords mundiales


El pasado 19 de abril, un grupo de investigadores del Laboratorio de Microbiología de Ambientes Extremos de Brest (Francia), en colaboración con el Instituto de Oceanografía de Xiamen (China) y el Laboratorio de Ciencias de la Tierra de Lyon, ha publicado la descripción de una nueva arqueobacteria, bautizada con el nombre de Pyrococcus CH1, que vive a 4100 metros de profundidad en la dorsal mesoatlántica, la cordillera submarina que recorre el centro del océano Atlántico de norte a sur. Esta arqueobacteria habita en fuentes hidrotermales a temperaturas de entre 85 y 105º C, y es capaz de soportar entre 150 y 1.200 atmósferas de presión hidrostática, lo que constituye un nuevo récord en los límites físico-químicos de la vida en la Tierra.


Por otro lado (literalmente), el 23 de abril, el satélite Swift de la NASA ha detectado una erupción de rayos gamma, GRB 090423, que procede del objeto individual más lejano, y por tanto más antiguo, observado hasta el momento. La erupción es el resultado de la explosión de una estrella gigante, treinta veces más grande que el Sol, situada a 13.000 millones de años luz de la Tierra. Debido a la enorme distancia que nos separa de la estrella, vemos ahora una explosión que ocurrió en realidad hace 13.000 millones de años, cuando la edad del Universo era de sólo 630 millones de años. Seguramente se trataba de una de las primeras estrellas que se formaron en el Universo.

1 comentario:

  1. ¡Qué gran paradoja! ¡Una de las primeras estrellas en formarse y una de las últimas que vemos! ¡¡Hossanna en el cielo!!

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