lunes, 22 de septiembre de 2014

La repetida falacia de Íñigo sobre el cinturón de seguridad

(Contribución de El neutrino a la Edición 5.6: Paul Erdős del Carnaval de Matemáticas, organizada por Cifras y Teclas)

Soy oyente habitual del programa No es un día cualquiera de Radio Nacional de España. Entre los colaboradores del programa, uno de mis preferidos es José María Íñigo, que siempre tiene algo interesante que contar. Por eso me ha molestado especialmente escucharle ayer (y ya es la segunda vez que se lo oigo decir) la siguiente falacia:

«La DGT nos dice que este fin de semana han muerto 20 personas en las carreteras, y siete no llevaban el cinturón de seguridad. ¡Pues eran más los que sí lo llevaban!»



Seguramente no son las palabras exactas, pero el sentido era ese. Insinúa muy claramente que el cinturón de seguridad no sólo no salva vidas, sino que provoca más muertes. Una afirmación falaz, y tanto más irresponsable y peligrosa en boca de una persona tan popular, admirada y respetada, y en un programa de gran audiencia en una radio pública nacional. Y por si esto fuera poco, ninguno de los tertulianos presentes, entre los que se encontraban dos figuras históricas de la divulgación científica de este país, Manuel Toharia y Joaquín Araújo, se atrevió a contradecirle.

De todos modos, quizá no haya que cargar todas las culpas sobre José María Íñigo, puede haber también un problema de comunicación de la Dirección General de Tráfico. Porque el dato enunciado al principio, por sí solo, no significa nada. No es el hecho de llevar o no llevar el cinturón lo que ha provocado el accidente de tráfico, así que lo que importa aquí no son los números totales, sino las proporciones de accidentados muertos entre los que llevaban el cinturón y entre los que no lo llevaban. Hablar sin más del número de muertos que no llevaban el cinturón tiene el mismo sentido que hablar del número de calvos muertos en accidente. O sea, ninguno. Si nos dicen que de los veinte muertos en accidente de tráfico, sólo dos eran calvos, ¿nos vamos a afeitar la cabeza para viajar más seguros? Está claro que no.

Lo importante aquí es saber, de los siete muertos que no llevaban el cinturón, cuántos habrían salvado la vida si lo hubieran llevado abrochado. Y lo mismo a la inversa: de los trece muertos que llevaban abrochado el cinturón, cuántos habrían salvado la vida si no lo hubieran llevado. Pues bien, según la Organización Mundial de la Salud

«Abrocharse el cinturón de seguridad reduce el riesgo de defunción entre los pasajeros de los asientos delanteros en un 40%-65% y puede disminuir el número de muertes entre los ocupantes de los asientos traseros en un 25%-75%.»

O sea, que de esos siete muertos sin cinturón de seguridad, entre dos y cinco podrían haberse salvado. Mientras que la cifra de los que podrían haber sobrevivido si no hubieran llevado el cinturón de seguridad es, si no nula, muchísimo menor. Sí, hay casos en los que la causa directa de muerte en un accidente de tráfico son las lesiones provocadas por el cinturón de seguridad, yo mismo conocí uno de primera mano hace ya muchos años. Pero hay que preguntarse: ¿habría salvado la vida si no lo hubiera llevado? Probablemente no.

El cinturón de seguridad salva vidas, don José María.

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