Cuando los paleontólogos descubrieron los primeros saurópodos, los grandes dinosaurios de cuello largo como el Diplodocus y el brontosaurio, con más sensatez que rigor científico recurrieron a los animales vivientes de cuello largo, como la jirafa y el cisne, como modelos para la reconstrucción del aspecto de aquellos extintos gigantes. Así pues, representaban a los dinosaurios con el cuello arqueado hacia arriba, casi vertical. Sin embargo, en muchos casos los fósiles se montaban en los museos en posición horizontal, por cuestiones de espacio...
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viernes, 29 de junio de 2012
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