martes, 29 de abril de 2014

Los nombres de los asteroides (II)

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(Contribución de El neutrino al VII Carnaval de Geología, organizado por Veritas est in puteo)

(Anteriormente en El neutrino, la primera parte de Los nombres de los asteroides; a continuación, el desenlace...)

Tras la entrada en vigor de las normas de la UAI, sólo un asteroide fue bautizado antes de que su órbita fuera determinada con precisión. Se trata de Hermes, descubierto en 1937 por el astrónomo alemán Karl Wilhelm Reinmuth y perdido tras sólo cuatro días de observación. No fue redescubierto hasta 2003, cuando se le asignó el número 69230. Otro caso especial es el de Plutón. Cuando en 2006 perdió su condición de planeta, se le asignó el primer número disponible, el 134340. Su designación oficial es ahora 134340 Plutón (o 134340 Pluto para los puristas).

miércoles, 23 de abril de 2014

Los nombres de los asteroides (I)

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Símbolos de los primeros asteroides (B.A. Gould, 1852)

¿Quieres pasar a la posteridad? ¿Te gustaría que un asteroide llevara tu nombre? ¿O simplemente tienes curiosidad por saber cómo se pone nombre a esos cuerpos celestes? En cualquier caso, te interesará lo que sigue...

Los primeros asteroides, o planetas menores, como se llaman ahora oficialmente, se descubrieron en el siglo XIX, y fueron bautizados con nombres de diosas de la mitología grecorromana. Pero muy pronto la nomenclatura se fue diversificando, primero con otros personajes de esa mitología, como la sirena Parténope, la ninfa Tetis y la musa Melpómene, y más tarde con topónimos clásicos: Masalia (Marsella), Lutecia (París)...

En un principio, siguiendo la tradición de los símbolos astrológicos de los planetas, se crearon símbolos para cada uno de los asteroides. Pero al crecer el número de objetos descubiertos y la complejidad de sus símbolos, el astrónomo estadounidense Benjamin Apthorp Gould propuso simplificar el sistema numerando los asteroides por orden de su descubrimiento, de manera que el símbolo de cada asteroide fuera su número dentro de un círculo. A mediados del siglo XIX, el círculo se sustituyó por paréntesis, más fáciles de componer en una imprenta. Así, Parténope se convirtió en (11) Parténope, y Masalia en (20) Masalia.

martes, 8 de abril de 2014

Platón y la inflación cósmica

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(Contribución de El neutrino a la LI edición del Carnaval de la Física, organizada por ZTFNews)

Imagínate una caverna subterránea, que dispone de una larga entrada para la luz a todo lo largo de ella, y figúrate unos hombres que se encuentran ahí ya desde la niñez, atados por los pies y el cuello, de tal modo que hayan de permanecer en la misma posición y mirando tan sólo hacia delante, imposibilitados como están por las cadenas de volver la vista hacia atrás. Pon a su espalda la llama de un fuego que arde sobre una altura a distancia de ellos, y entre el fuego y los cautivos un camino eminente flanqueado por un muro, semejante a los tabiques que se colocan entre los charlatanes y el público para que aquellos puedan mostrar, sobre ese muro, las maravillas de que disponen. […] Pues bien: observa ahora a lo largo de ese muro unos hombres que llevan objetos de todas clases que sobresalen sobre él, y figuras de hombres o de animales, hechas de piedra, de madera y de otros materiales. Es natural que entre estos portadores unos vayan hablando y otros pasen en silencio. […] Porque, ¿crees en primer lugar que esos hombres han visto de sí mismos o de otros algo que no sean las sombras proyectadas por el fuego en la caverna, exactamente enfrente de ellos?
Platón. La República

El pasado mes de marzo, el descubrimiento de ondas gravitacionales procedentes de los primeros instantes del Big Bang levantó mucho revuelo en las noticias. Se ha llegado a decir que se han detectado por primera vez ondas gravitacionales o que se ha demostrado que existe una infinidad de universos. Ambas afirmaciones son, como veremos, precipitadas. Por no decir falsas.

martes, 1 de abril de 2014

Monstruos, peces y parásitos

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(Actualización de las entradas publicadas en 2010 y 2012.)

Uno de los aspectos más llamativos de la divertida película Monstruos, S.A., o Monsters, Inc., es la enorme variedad de seres monstruosos que pueblan la ciudad de Monstruópolis; aparentemente, no existen en ese mundo dos seres iguales. En una escena de la película podemos ver a una de esas criaturas comiendo en un restaurante: Se acerca un trozo de comida a la boca y, cuando parece que lo va a engullir, de su boca asoma un monstruo más pequeño que se lleva el bocado. Esta monstruosidad, en todos los sentidos de la palabra, parece salida directamente de la desbordante imaginación de los guionistas; sin embargo, es uno de esos casos en los que, como decía Oscar Wilde, la Naturaleza imita al Arte.